sábado, 11 de diciembre de 2010

Anorexia y bulimia: mentiras en la red que llevan al ´infierno´



Hace 20 años empezaban los primeros casos de trastornos alimenticios. Los pacientes eran sólo mujeres y las más pequeñas tenían 16 años. Ahora los sufren niñas de 9, niños desde los 11 y en la web hay sitios que bajo los nombres de ´Ana´ y ´Mía´ engañan a jóvenes diciéndoles que estos trastornos no causan la muerte, sino que son un estilo de vida



CINTHYA SÁNCHEZ

El Universal
Sábado 28 de octubre de 2006




"Creo en la lista de calorías como palabra suprema y de acuerdo con esa creencia la memorizaré. Creo en las básculas como indicador de mis fracasos y éxitos diarios. Creo en el infierno porque en ocasiones creo que vivo en él. Creo en la negación del cuerpo y en una eterna vida de ayuno". Oración presente en la mente día y noche. Está con ellas en la cama y las obliga a la báscula para descubrir aterrorizadas que están en los mismos 40 "asquerosos" kilos.

Se hacen llamar las princesas Ana y Mía. No son dos personas, no son dos mujeres: son muchas, quizá cientos, miles. Utilizan ambos nombres para bautizar sus males dándoles personalidad propia: la anorexia y la bulimia.
"Yo soy Ana, yo soy Mía. ¿Tú qué eres?". Es la tarjeta de presentación de las "princesas" que ventilan en la red sus trastornos alimenticios.

Para entrar al peligroso mundo Ana o Mía, las jóvenes deberán contestar un cuestionario de registro en internet como este: "Nombre: Luego lo revelaré. Edad: 15. ¿Cuánto mides?: 1.75. ¿Cuánto pesas?: 70. Peso ansiado por conseguir: 40. ¿Eres Ana o Mía? Ana. ¿Desde cuándo? A los 11 años. ¿En qué se basa tu dieta diaria? Té por la mañana y la noche, cigarrillos y chicles. ¿Cómo te escondes para que nadie lo sepa? Les digo que comí mucho en la escuela". La pregunta más aterradora: "¿Te sientes orgullosa de ser Ana o Mía?". Sí, en la mayoría de las respuestas.

La alerta

Hace 20 años se presentaron los primeros casos de trastornos alimenticios en el Instituto Nacional de Nutrición. Los pacientes eran solamente mujeres y las más pequeñas tenían 16 años. "Hoy recibimos niñas de nueve años con problemas de anorexia o bulimia. Son pequeñas muy preocupadas por su figura y su peso; además vemos otro fenómeno nuevo: varones desde 11 años con trastornos alimenticios", explica el doctor Armando Barriguete, siquiatra y especialista en trastornos de la alimentación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Asegura que en los últimos cinco años han aumentado el número y la intensidad de estos males. "Los hombres pasaron de 1.8% a 3.8%, y las mujeres de 6% a 9% de casos que responden a conductas en las que podemos sospechar que hay un trastorno de la alimentación", dice.

Lo preocupante, agrega, es que los menores de edad con trastornos alimenticios recurren frecuentemente a las páginas de internet "pro Ana y pro Mía" a mal informarse, pues los consejos de dietas, medicamentos y técnicas para perder peso son completamente erróneos.

Disfrazan la verdad


La "Carta Ana" es la bienvenida a muchas de las páginas web. Comienza con una presentación: "Permíteme presentarme. Mi nombre es anorexia, pero también puedes llamarme Ana. Te voy a decir un secreto: tus papás están decepcionados de ti. Su hija, con tanto potencial, se ha convertido en una grasienta. Pero estoy a punto de cambiar todo eso. No voy a permitirte comer mucho. Esto va a empezar despacio: leerás las etiquetas de nutrición, disminuirás la entrada de comida hasta llegar al ayuno completo. Baja esa panza gorda. Si decides no aguantar más y decirle a alguien cómo te hago vivir, todo el infierno se acabará, pero vas a perder, idiota. Sinceramente: Ana".

No rebasan los 18 años. Se reúnen en foros por internet para hablar de dietas, medicamentos, tips para quemar calorías y para engañar a los padres y sicólogos. Son jóvenes de todo el mundo. Lo mismo está Maryavril, de España, que Princesaza de Argentina, o Miaunena de México, sobrenombres que utilizan para ocultar su identidad.

Se dan ánimos para alcanzar juntas la meta de sentir la piel pegada al hueso. Se apoyan durante el ayuno. Hacen carreras de pérdida de kilos y tienen sus propias tablas de masa corporal. Sin embargo, estas páginas evitan hablar de la verdad.

"Los adolescentes sufren cuadros de ansiedad y depresión muy profundos de los que poco se habla en esos foros. No se platica la parte de tristeza, soledad y sufrimiento en el que viven", explica el doctor Barriguete.
Y añade: "Se les engaña manifestando que la salud es sinónimo de un cuerpo sin grasa y longilíneo, es decir, sin forma. "Son conceptos erróneos. Estás páginas fomentan mucho que es a través de la restricción de comida como se puede alcanzar salud o el triunfo. Se manejan con conductas destructivas sin saber que esto puede disparar estados de ansiedad, de culpa y depresión".

Las visitantes de estos sitios web firman sus participaciones en los foros con frases "motivadoras" como esta: "Nadie dijo nunca que llegar a ser una princesa fuera sencillo" o "No importan los medios que uses mientras los resultados sean geniales; para qué comer si después te sientes una mierda".

Se exigen un peso ideal. Han creado sus tablas de masa corporal. En el mundo Ana, una joven que mide 1.50 metros debe pesar 34 kilos, y una de 1.63 metros, 41 kilos; de lo contrario, se llaman "cerdas" en vez de "princesas".

Las experimentadas inician a las primerizas con consejos como este: "Para los mareos acuéstate en un lugar oscuro, sin ruido y cómete un chicle sin azúcar. Cuenta las calorías de todo y trata de consumir un aproximado de 500 diarias. Si tus amigas te dicen cosas feas, no les hagas caso, es envidia".

Intercambian correos electrónicos para ponerse en contacto por Messenger y apoyarse en los momentos graves del ayuno, el cual empieza con un día y va aumentando hasta lograr los 28, meta en la que creen que habrán perdido todo músculo.

Los consejos para engañar a los psicólogos: "Bébete dos litros de agua con laxantes antes de visitarlo, así pesarás dos kilos más de lo que en realidad pesas y dile que ya se te antoja el chocolate".

El siquiatra recomienda a los papás estar alerta a señales que dan los niños y que pueden hablar de la existencia de un trastorno alimenticio. "Hay tres señales que se pueden identificar fácilmente: si el niño o la niña le preocupa mucho la alimentación, el peso y la figura, hay que alerta para evitar un trastorno alimenticio".

Saber qué tipo de información manejan los menores a través de la red, también ayuda, pues las páginas contienen mensajes aterradores. "Un trauma comienza con aquello a lo cual uno está expuesto, pero por inmadurez no puede digerir y las páginas son el ejemplo de eso".

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