lunes, 3 de enero de 2011

El Peligro de los medicamentos para adelgazar

Según denuncias publicadas por el periódico EL TIEMPO, "La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife), encargada de vigilar la aplicación de los tratados de la ONU en materia de control de drogas, acaba de hacer pública su preocupación por el incremento del uso indiscriminado de drogas para adelgazar.
Se trata de los llamados anorexígenos, unas sustancias que suprimen el apetito o la sensación de hambre y que suelen ser indicadas por médicos como parte del tratamiento de la obesidad, la narcolepsia y los trastornos de concentración. El uso sin control de estos medicamentos, que actúan sobre el sistema nervioso central, causa graves efectos; una sobredosis puede derivar en estados de pánico, comportamiento agresivo y violento, alucinaciones, depresión respiratoria, convulsiones, coma y hasta la muerte."
"En un estudio, la Jife encontró que los niveles más altos de uso de estas sustancias se registran en América; es más, tres de los cinco países de mayor consumo pertenecen a la región: Brasil, Argentina y Estados Unidos. Los expertos atribuyen el fenómeno a la excesiva obsesión por la figura que se vive en muchos países, entre ellos Colombia. En el camino por alcanzar un grado de delgadez que se asocia al ideal de belleza, las mujeres (y muchos hombres) acuden al uso de productos y pastillas de manera espontánea, por lo general recomendados por cualquier persona."
"La mayoría de los anorexígenos tienen principios activos clasificados en la Lista IV del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, de la Jife. De acuerdo con el Invima, en Colombia varios de ellos no tienen registro o lo tienen vencido. No obstante, en el país se echa mano de otros anorexígenos, como la sibutramina, que debe expenderse con fórmula médica, pues tiene contraindicaciones, aunque no es secreto entre las jovencitas que puede conseguirse fácilmente.
Lo mismo ocurre con otras sustancias, como lecitinas, cápsulas de toronja y alcachofa, algas marinas, laxantes, hormonas tiroideas y antidepresivos, con los cuales las jóvenes arman mezclas para pelear, de manera irracional, contra el peso corporal. Famosa es, también, la llamada pastilla azul, que incluso circula de mano en mano en los colegios. Es muy utilizada, pese a que nadie sabe con exactitud qué contiene.
La proliferación de páginas en Internet sobre métodos para perder kilos con rapidez es otro peligroso factor que debe tenerse en cuenta. Un reciente estudio de la Academia Americana de Pediatría encontró que la tercera parte de la población de entre 10 y 22 años aprendió técnicas de este tipo a través de la red. Muchos de estos sitios terminan por alentar desórdenes alimentarios como la bulimia y la anorexia. Una encuesta complementaria demostró que menos del 15 por ciento de los padres de familia hablan con sus hijas sobre el tema."
A pesar de su desmejorado aspecto y de todas las comparaciones con el pasado reciente y con sus coetáneos, y a pesar también de la consulta de todo tipo de datos que demuestran la anormalidad de su adelgazamiento, la anoréxica insistirá en sostener, frente a toda evidencia, que no está en absoluto delgada sino que, por el contrario, sigue teniendo exceso de grasa, sus piernas son aún demasiado gordas, etc. Los medios a los que un anoréxico puede recurrir para no alimentarse son muy variados, sobre todo cuando el ambiente presiona para restablecer unas costumbres alimentarias normales. La mayoría de las veces esconde la comida o la tira por el inodoro; a menudo recurre al vómito, al principio provocado, introduciendo un dedo en la garganta, luego espontáneo, logrando que sobrevenga sin estímulo mecánico alguno; es también frecuente el uso de laxantes, para impedir o disminuir la absorción intestinal de los alimentos ingeridos.
En muchas anoréxicas no son raros los episodios de abandono del propósito de no alimentarse, con los consiguientes hartones de todo tipo de comida; sin embargo, ello va invariablemente seguido de un fuerte sentimiento de culpa y de remordimiento que las impulsa a eliminar inmediatamente los alimentos engullidos recurriendo al vómito.

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